jueves, 20 de agosto de 2009

La piscina exterior

En casa en verano íbamos más a la playa que a la piscina, pero con las niñas la verdad es que es más cómodo lo segundo, sobretodo teniendo en cuenta que la pequeña en cuanto oye la palabra playa a modo de coletilla siempre apunta..."playa no, no m'agrada la sorra".
De ahí que me haya ido acostumbrando a tomar el sol sobre el césped, o en una de esas hamacas de plástico de posiciones varias bajo benignas sombras arbóreas. El caso es que el año pasado no paré mucha atención al paisanaje de la piscina, este año en cambio sí y me estoy partiendo de risa.
Pero de entre todos los tipos curiosos que he visto en ella, los que se llevan la palma, es una pareja cincuentona, ella con biquini de leopardo y él con barriga, por hacer un esbozo rápido, que de veras yo no sé de dónde han salido. La primera vez que reparé en ellos, dormitaban bajo una sombra, me parecieron un poco toscos en las formas, fumando donde no se permite, atendiendo llamadas del móvil con el altavoz, pero lo que realmente me impactó fue cuando se metieron en el agua, se quedaron hacia la mitad de la piscina en plan quinceañero, yo no daba crédito, se puede ser más hortera. Pues si se puede, ayer misma jugada se meten en la piscina pero dónde, pues en el único carril que han reservado para nadar, si allí estaban ellos tan ricamente hablando. Pero lo más gracioso es que había un tipo con gafas y todo nadando, lo de la alusión no va con ellos está claro.

En fin supongo que escenas absurdas de este tipo son inherentes al verano. Primera conclusión es que el ser humano es de lo más variopinto fuera y dentro de las piscinas.

martes, 18 de agosto de 2009

El tuétano de los blogs

El secreto de los blogs, por qué algunos tienen seguidores y otros a pesar de dar contenidos e información interesante no despiertan o suscitan comentarios, pues no es otro que su tono personal.
Y es que todos nos hemos encontrado alguna vez con blogs que a pesar de que puedan estar tratando un tema interesante, pecan de dogmáticos, parecen un discurso. No es ese el tono que requiere un blog a mi modo de ver.
Cuando empecé a escribir y leer blogs lo que más me llamó la atención es la posibilidad de conocer a un abanico de gente de un modo diferente, personas con circunstancias, aficiones, o intereses en común o no.
El blog resulta auténtico sólo cuando lo sientes próximo, de otro modo pierde su encanto. Pero entiendo por otro lado el bloqueo, cuando tu trabajo tiene ese carácter tan público, debe ser una consecuencia natural hacerse celoso de tu intimidad. Quizá por eso no me gusta cuando los periodistas hacen referencia a lo que tal o cual han escrito en sus blogs, no parece demasiado profesional por el contrario lo único que demuestra es que hay vías alternativas para informarse.

Pero el post de hoy va en otro sentido, lo importante es no dramatizar el contenido de los mismos, aquí nadie pretende sentar cátedra, simplemente no es el sitio, porque no puedes dar credibilidad a todo lo que veas escrito en la red sólo por estar en ella, y eso que parece una obviedad para algunos para otros, seguramente los que nacieron en este mundo con el internet ya instalado en las escuelas y en casa, quizá no lo sea.

Así que si alguna vez lees la opinión de alguien y no te gusta algo al alcance de tu mano, está obviarlo _igual que mi hija que clicka (no pulsa) el botón del ascensor_, al final tú eres quién decide. Ese es el verdadero kit de la cuestión, eres libre de moverte entre los blogs, quedándote sólo con lo bueno de ellos y no dramatizar cuando discrepes. Saltas y punto: nadie te obliga a leer, es un acto voluntario y placentero, y esa sencilla premisa rige todo el resto del curioso y basto mundo de los blogs, muchos cerebros piensan algunos hasta originalmente, por eso cuando encuentras a alguien con esa chispa te enganchas, al menos así me ha pasado a mi con muchos blogs.

lunes, 17 de agosto de 2009

Cuatro días en S'Agaró

Vista desde los Baños de S'Agaró, una imagen del siglo pasado o casi, porque al otro lado parece que todo Pedralbes se haya venido a comprar un apartamento. Decir que se ha construido mucho es decir poco.

Ésta es una de las pocas casas de veraneo antiguas, es una preciosidad, del arquitecto Josep Goday. La casualidad quiso que mientras paseábamos viéramos a los propietarios entrar en ella, presumiblemente porque van a restaurarla. Me gusta porque me recuerda a las de Sitges, pero allí han sabido conservarlas en mayor medida.

Uno de esos rincones típicos de la Costa Brava, aguas verdes transparentes y frías.



Vista desde la terraza del hotel, donde nos hicimos fuertes porque los restaurantes y terrazas resultaban un tanto agobiantes, es agosto lo sé, pero lo cierto es que el buffet estaba bien y el personal es excelente.
El único inconveniente, bajo mi punto de vista es que la arena de la playa es muy granulosa, vamos parece que metas los pies en un cuenco de sal gorda, y en fin un rato vale pero para andar por la orilla como a mi me gusta en fin que no es de las más indicadas.

De todos modos sigue siendo uno de mis sitios preferidos de la Costa Brava.

                                                            Por fin la lluvia que tanto necesitábamos. Hoy admiraba el rosal perfumado que c...