martes, 3 de abril de 2018

Semana Santa en cinco líneas

Al final decidimos quedarnos en casa y me pareció buen plan. He ido al gimnasio un par de días, hemos dormido mucho, en plan sin despertador, ratitos de lectura tranquila, comidas familiares y  sobremesas apacibles,  probamos torrijas de las dos abuelas, una agradable tarde con amigos de amigos, un cine _la última de Spielberg_, ellos bastantes paseos por la montaña con el perro y noches de chimenea y pelis en casa.Vamos que lo único que ha faltado es montar una estantería, eso es lo único que nos ha quedado pendiente.

Y ya estamos en abril, con él un empezamos un buen propósito, a ver qué tal.

lunes, 19 de marzo de 2018

Recuerdos como gerundios


Navegando al timón
envuelto en una pashmina
protegiéndote del sol
porque el piloto automático
se ha roto.

Tomando el  sol
fondeados
en una cala
de aguas turquesas.

Esquiando
a toda velocidad
por las pistas,
diciéndome luego
me he tirado tres negras
y yo añadiendo
_y casi, una escalera automática_

Conduciendo
_no importa por dónde
ni tampoco el tiempo_
mientras charlamos,
escuchando música
un rato la que le gusta
a cada uno 

Haciéndome
reír con el chiste
de la “poezía" y el "poema"

Y  también cansado,
entrando por la puerta
una noche tras otra.

Compañero desde los treinta
en lo bueno y en lo malo
qué suerte tuvimos
cuando tus ojos y los míos se cruzaron
porque  juntos,
nos regalamos,
dos nuevas miradas.


Feliz día del padre. 


sábado, 24 de febrero de 2018

A ratos te echo de menos


Podría sentarme a escribir que a ratos te echo de menos
Que es un sentimiento difuso, que no es amor ni es nostalgia,
Que es solo el recuerdo de algo que dijiste
y que a mi mente no le importa que eso fuera hace mucho tiempo.

Podría sentarme a escribir que nunca te olvidé
aunque fuese mentira,
o decirte que lo fuiste todo
_en aquel preciso momento de mi vida_
y no lo sería.

Pero para qué,
si tampoco lo leerías
y si lo hicieras
si por casualidad,
mis palabras a tus oídos llegasen
sé,
y lo sé a ciencia cierta
_porque te conozco mascherino_
que de todos modos, las malinterpretarías.
Por fin lo he comprendido.

Siempre hubo un abismo insalvable entre ambos
tu lenguaje  no era el mío
y aunque los dos creíamos comprender
los dos, locos de amor y presos de celos,
hablábamos sin sentido.


Para siempre, primavera


Lo cierto, lo único cierto
es que la primavera siempre vuelve
con su alfombra invisible de aromas
con su calor sutil y tenue
Ella era joven y risueña
Él solía apretar su mano
como si así pudiera quedarse con ella
En el andén lloraba,
también entonces era primavera
el aire liviano
y el dolor
_no lo sabíamos entonces_
echaba sus primeras raíces dentro nuestro
para dar su fruto,
amargo y salado,
y abrirnos el pecho
cada nueva, sutil y tenue,
aromatizada primavera.

martes, 2 de enero de 2018

La mayoría de edad de este siglo

2018.

Querido Año, 2018:

Espero de ti grandes cosas. Me gustaría empezar otra novela, porque la anterior aunque está acabada no hago más que encontrarle fallos, así que a lo mejor si empiezo otra puedo verter en ella, todo lo que me faltó en la anterior. No sé el tema, ya se irá viendo, lo que importa es que salga de dentro. Decía hace poco un autor que no hacía auto ficción, porque ya le llegaba para pagarse un psicoanálisis. Otro sin embargo, un guaperas que por cierto se da mucha retirada a mi cuñado canario, se está ganando la vida precisamente por escribir sus memorias, lo que me hace sospechar que a más de una le interesa saber más de un tipo guapo y fornido que de un enclenque, qué le vamos a hacer.
Este año voy a seguir con los buenos propósitos del año anterior, que dos veces hice el reto de las seis semanas para ponerse en forma y que concreté uno ganando la magnífica camiseta sin mangas que lo acreditaba. La verdad es que me costó bastante, por eso cuando lo conseguí estuve como dos semanas sin pisarlo. No baje de peso significativamente, pero alguna reorganización a nivel muscular si debe haber habido, porque esta navidad me probé un traje de pata de gallo, que conservo de hace una década, y entraba en él.
De todos modos sienta muy bien el acudir con cierta asiduidad al gimnasio, porque de alguna manera te hace ser más consciente de que también somos un cuerpo, y también hay que cuidarlo. 
Cuanto al tiempo, espero saber como administrarlo. Esta mañana mientras tomaba café vi un episodio de Friends,  me gustó volver a verlo, porque esos apartamentos atiborrados de cosas, de estantes de comidas están mas cerca de la realidad que las casas de cocinas industriales impolutas. Me ha gustado ver los estilismos, los colores, los detalles como el marco en la mirilla, y la pizarra de plástico para escribir tras la otra. Los noventa eran así, prácticos, divertidos, llenos de amigos con los que compartir.
Creo que esa serie para un adolescente de hoy será como ver una serie de alienígenas que se comunicaban solo oralmente, nunca llaman, nunca escriben wsp, ni están enganchados a ninguna red social, no se hacen selfies cada dos por tres. A mi la tecnología no me asusta, creo es bueno avanzar, pero no por ello no puedo evitar sentir nostalgia por aquel tipo de relaciones, aquel tipo de salidas, en los que todos estábamos por todos, y ningún otro. Hoy la gente en los bares siempre están mirando los teléfonos, o caminan en la calle con uno en la mano. Y hay algo insano en ello.
Tener toda la información a nuestro alcance, hay que preguntarlo, ¿nos está haciendo mejores personas, más capacitadas, más motivadas?  
El otro día una amiga me decía que era la única amiga que se le había quejado por enviar un mensaje de felicitación especial a las amigas. Pues sí, me quejo. Prefiero una frase, un par de palabras escritas para mí, que algo que reenvías que ni siquiera tú sabes quien ha escrito. Que le pasa a todo el mundo, que ya no saben escribir por si mismos, que en ese afán de felicitar a todos tienen que reenviar las mismas imágenes, los mismos gifs, los mismos deseos estereotipados para todo el mundo. No, yo no quiero eso, yo quiero pensar en ti cuando escribo, y que tú hagas igual conmigo.
Por eso, esta mañana he aprovechado para actualizar una agenda, direcciones y teléfonos fijos, sí esos teléfonos que van pegados a un cable. Y eso ha sido a mi modo de ver una bonita forma de empezar el año, pensando en los amigos que tenemos, los que tuvimos y los que conservamos.
Quizá porque uno de esos nuevos ( y originales) propósitos es volver a escribir cartas. Sí, como antes. Recuperar la ilusión de encontrar una en el buzón.
Y de momento estos, que ya irán viniéndome más. Quiero un año creativo, intenso, viajero y alucinante. Por pedir, verdad, no vamos a quedarnos cortos. Pero sobretodo quiero un mundo mejor, un mundo de gente que lee, que quiere mejorar, que aprende cosas buenas, que respeta a sus congéneres. Y deseo también, un Año magnífico para todos vosotros. 





lunes, 27 de noviembre de 2017

Películas de amor

Este sábado descubrí por casualidad el porqué las prefiero, él estaba escogiendo una, y de pronto una escena: hombres hablando, otra película: hombres jugando a las cartas, otra película: hombres conduciendo coches de forma temeraria. Pero ¿Es que no lo has visto? todo son hombres...
Quizá por eso necesito películas en las que salgan mujeres, que me expliquen cosas, que hagan cosas.
Este fin de semana hemos visto dos películas interesantes, una fue La familia, opera prima de Fernando León de Aranoa, muy original, a ratos hilarante, a ratos inquietante, la otra fue el Libro del Amor, que aunque estuvo bien el final fue un tanto decepcionante.
Ha sido por lo demás un fin de semana tranquilo, de esos de ir a comprar leña, comidas en casa y chimenea. 
Buen lunes a todos.

jueves, 2 de noviembre de 2017

La mirada sobre lo efímero

Tengo la impresión, la triste impresión de que cada vez leemos peor. A pesar de que nos pasamos leyendo todo el día, noticias y artículos, mejor dicho extractos de artículos la lectura se está convirtiendo en algo tan superficial que a veces cuando he terminado de leer me pregunto, pero qué has leído, qué ha querido transmitir con ello. A veces me digo, nada.

Pongo por ejemplo un artículo sobre la inteligencia artificial, un tema a priori muy  interesante, o al menos a mí me lo parece, pero lo acabo y me quedo igual, quiero decir que lo mejor del artículo, estaba en el titular, expuso los datos pero luego no hubo desarrollo, ni conclusión.
Entonces me pregunto, si esta forma de leer, es la que está condicionando esta forma de exponer, que todo se queda en la entrada, en un juego de luces.

Creo que deberíamos tomar conciencia de ello. Leer, no es lo que hacemos sobre la pantalla de un móvil, allí solo paseamos la mirada, leer es otra cosa. Leer requiere tiempo, leer es saborear las palabras, leer es como encender una mecha cuyo combustible es el pensamiento.

Igual que ocurre cuando ves, los vídeos de youtube, los memes que pasan a través de los whatsapp, son algunas veces, hilarantes pero no te hacen reír de la misma manera, con la intensidad que te provoca una broma, allí todo es efímero.

Hoy desayuné con una amiga, de muy buen fondo, maternal, responsable, muy trabajadora y organizada, que me explicaba a propósito de su hija. Volví a casa pensando en que por lo general nadie considera  tener la madre perfecta, simplemente porque cada uno desearía una madre/un padre diferente. Si son clásicos, más transgresores, más modernos, si son hippies más convencionales, más como son los de tus amigos. Si son muy intelectuales, más empáticos, si son sencillos, más sofisticados. Y así la lista de contrastes abierta, ad infinitum casi porque cada persona tiene por perfecto lo que a sus ojos así lo es.
Y mientras me vienen en mente los distintos tipos y subtipos de madre que conozco pensé debería hacerles un cuestionario a mis hijas, que valoren distintos aspectos en plan: a) es para ti muy importante  b) poco importante c) nada importante.

Igual nos llevaríamos más de una sorpresa.





Primavera, en teoría

     A mí, me intriga esa clase de personas que no tiene plantas en casa, tienen un pase los que tienen gatos que ya se sabe que ellos llega...