Estoy leyendo a Ovidio, nuevamente. Encuentro un extraño consuelo en sus palabras. Parecen tan actuales que sorprende que vengan de tan lejos, más de dos mil años que nació el 20 de marzo del 43 a.C.
Pero tampoco no vengo aquí a presumir de lecturas, sino a insuflarle un aliento al blog. Ando desde hace unos días muy dedicada a la organización de casa. Y lo raro es que me está gustando.
Es como si hubiera despertado de un letargo y ahora tengo ganas de cambiar cosas, de poner otras en su sitio. Como cuando estás embarazada, casi a punto de parir y estás con la fiebre de arreglar armarios, si hasta creo que tiene nombre el síndrome. Pues yo igual.
Pero la semana que viene creo que voy a compaginarlo con algo de gimnasio, porque llevo por lo menos tres semanas sin ir a nadar, y creo que mis músculos lo necesitan. Así que la próxima entrada espero que de cuenta del nuevo plan de entreno personalizado a ver a ver qué será.
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