Hará cosa de un mes íbamos andando, nos paramos junto a un semáforo que tenía un cartel pegado. Era de un grupo de
apoyo de Alcohólicos Anónimos. Yo solo había visto esto en películas americanas
aquí como que no se oye mucho. Estuve a punto de hacerle una foto para gastarle
una broma, pero mi hija, la mayor, se me adelantó sorprendiéndome con un: ¡ Anda mamá mira, para papá!
Hija, le contesté un poco abrumada,
papá está haciendo régimen, para no engordar ha dejado de beber, no es lo mismo.
Y esas personas, son personas que quieren
dejar de beber porque les hace daño la bebida. Creo que me vi obligada a darle
tantas explicaciones porque había un hombre a mi lado. Y ya me imaginaba que
nos miraba de reojo a esa pobre niña y su madre con un marido en casa que bebe
mucho.
Ahí quedó la anécdota y nos reímos todos en familia, por la noche recordándola. Y ya parecía relegada al anecdotario familiar cuando ayer por la noche él me dijo:
Pero es que no hay nada de vino.
Algo hay. No no esas son reservas, demasiado bueno. Nunca te acuerdas de
comprar vino. Vaya tampoco hay cerveza.
Pues bebe agua le dije yo, qué problema hay. Y él me contestó: después del día
de trabajo que llevo…y acabó cenando con fino, una botellita que nos había regalado mi primo y su mujer en nuestro reciente viaje, yo al verle le dije: Ostras a ver si voy a tener que ir a buscarte el
número de verdad…
Pero esta tarde he pensado en que tiene razón cuando compro nunca me
acuerdo. Le pregunto a la peque si quiere acompañarme al super porque ayer el
papa…le explico lo sucedido. Su respuesta fue: !Anda mama como el grupo aquel de los ”alcohólicos sinónimos” ese!. Yo me desternillaba.
Total que ya hay en casa dos
crianzas, uno de la Rioja otro un Somontano, y dos cervezas AK-Damm, pero mejor que todo, esas risas tan
buenas, que alegran a uno la vida.