martes, 27 de octubre de 2020

Entre dos aguas

 Estos días, no sé si a vosotros os pasa igual a veces estoy medio bien, hasta optimista, otras me siento un poco desanimada, como si nada tuviera demasiado sentido. 

Un día estoy contenta, me basta con ver ese cielo azul, los árboles y ver como crece alguna plantita, escuchar como cantan o tocan algo, o reírme de alguna ocurrencia o simplemente dejarme fluir con el quehacer diario. Otros, nada de eso es suficiente, esos días en los que me siento triste y hoy es de ellos procuro hacer algo que me guste, como para compensar.

Los días pueden equilibrarse de muchas maneras. A mí me funciona ir a nadar, o hacer una clase de aquagym (con mis amigas inmortales) leer un capítulo o dos de un libro como el que ahora leo que me esta resultando simpático; comer donuts (que tienen aceite de palma, así que muy mal); bajar al garden (esto nunca falla, es la mejor terapia del mundo, acaso no es un garden como un jardín perfecto, siempre en estado de floración) o hacer una cena entre semana, como si se celebrara algo. Esto último es muy acertado en mi caso, porque ya, cada vez celebramos menos; ni San Valentín, ni San Jordi, ni cuando empezamos a salir, ni cuando  empezamos a vivir juntos  y tampoco claro, la fecha en la que nos casamos. Bueno intentos ha habido, pero al final como  siempre era cosa mía recordarlo, hacer algo especial, como que ha acabado por parecerme absurdo. Cada pareja funciona a su propio modo, la nuestra es bastante disfuncional en este sentido, lo reconozco. 

Supongo que es el cambio de hora, es el otoño que empieza a despertar el frío, es este año, triste como no recordamos otro. Hoy escuché que esto es una consecuencia de la naturaleza (ella no dijo Madre-naturaleza, pero era el sentido de su discurso) que nosotros éramos su cáncer (tal cual) desde luego animosa no resultaba. Pero reparé en mi café con leche, en vaso de bambú, que he comprado porque me da pena que hayan cerrado los bares en Cataluña sin darles otra alternativa que los pedidos para llevar, y pensé a lo mejor sí.

Nada más por hoy. A seguir con lo que venga, a luchar por lo que nos importa, con todo el ánimo y todas las ayudas que sean precisas, de ahí que haya venido, porque también escribir forma parte de mi particular artillería. 

Cuidaos mucho, sed felices.

Cumpleaños Feliz, hija.

 Ayer cumplió 17 nuestra hija pequeña, sí, la de los ricitos, la que era menudita pero muy espabilada,  la que acompañaba a su hermana mayor...