viernes, 25 de septiembre de 2009



Hace días que no me siento a escribir, lo cierto es que el empezar las clases las nenas ha supuesto un cambio considerable, de pronto tengo siete horas libres cada día, y ni que decir tiene que me ha dado por nadar, por leer con tranquilidad, por probar pilates, por salir a caminar con amigas además de todas las cosas habituales. Estoy contenta, después de pasar un agosto bastante agridulce parece que las aguas vuelven a su cauce. Quizá fue después de ir a Castellar de N’Hug, que algo empezó a cambiar, tal vez, ahora que lo pienso fueron las piedras que compré en aquella tienda de recuerdos, entre todas para mí escogí una de color azul que según la etiqueta daba fuerza, las nenas escogieron también las suyas, y todas han acabado en mi bolso.

Otoño soleado


Cumpleaños Feliz, hija.

 Ayer cumplió 17 nuestra hija pequeña, sí, la de los ricitos, la que era menudita pero muy espabilada,  la que acompañaba a su hermana mayor...