martes, 11 de julio de 2017

Y de pronto el futuro

El futuro, eso que nunca sabes cuando empezará, ya tiene fecha para mí. La semana pasada entré en un recinto accediendo a través de la huella dactilar. Fue una sensación extraña, por primera vez una parte de mi cuerpo servía de llave identificadora.
Todavía ahora cuando voy a entrar me miro la mano, abro los dedos y pienso, es casi como tener poderes extrasensoriales.
Ya ya lo sé que hay hologramas, y robots que te atienden, pero yo de momento solo abro una puerta con un dedo.
Pero ahora que pienso ya hará unos años que  me recorro el paseo de la fama de Los Ángeles, si no voy por Chicago como hoy. Me fijo en los detalles, en las aceras, en las farolas, en los edificios que el sol siempre ilumina a lo lejos, cruzo el Grant Park y me digo te das cuenta, es como si conocieras un poco ciudades en las que nunca has estado, pero que sí sientes has pisado, sí recorrido, a buen paso. Gracias a la realidad virtual, a esa pantalla en la máquina de la cinta, que te permite escoger el paisaje.
En bici voy por el desierto de California y con la elíptica un recorrido muy pintoresco que empieza en un sendero de los Alpes y te lleva por el norte de Italia. Ese es uno de mis circuitos preferidos. Me hace gracia cuando paso por Venecia, porque yo la conocí en invierno, y hacía bastante frío la verdad, y aquí es en verano ves todo el gentío, vas detrás de un gondolero, con la camiseta de rayas inconfundible, lo sorteas, te cruzas con turistas acalorados, de variadas nacionalidades que se protegen del sol que intuyes un poco agobiante, o soy yo que a esas alturas del ejercicio empiezo a sudar.
Seguramente, tanto ir de aquí para allá me está dejando recuerdos en la mente de todos esos lugares, como cuando esta mañana en Chicago ví aquellas torres circulares sobre agua y pensé que ya las había visto antes en una película que tenía bastante acción, no sé si de corte futurista, en la que salía una lancha rompiendo una cristalera, seguro que también la has visto.

Estoy contenta, tenía ganas de verlo. El futuro tiene mucho de asombro.

Cumpleaños Feliz, hija.

 Ayer cumplió 17 nuestra hija pequeña, sí, la de los ricitos, la que era menudita pero muy espabilada,  la que acompañaba a su hermana mayor...