miércoles, 18 de febrero de 2015

Cosas necesarias e innecesarias

Hoy decidí que tengo que organizarme mejor el tiempo que al gimnasio además de pagarlo hay que ir visitándolo con regularidad. Así que después de darle una vuelta a la casa, en plan tu pasa el pronto y yo el paño, justo para darle una apariencia de normalidad, porque a veces entras en el lavabo y me acuerdo de la escena del sexto sentido en que la madre va a la cocina y están todos los cajones abiertos, mi escena es copiada pero como es en el lavabo para darle mayor dramatismo también a veces hay alguna toalla por el suelo.
El caso es que conseguí llegar a una hora decente, me cambié, hacía tanto que no me ponía el pantalón ese negro que me parecía nuevo y todo.Primero anduve a paso ligero (3,0 km/hora) por el Paseo de la Fama, la verdad es que la primera vez me causó mucha emoción pero ahora que ya lo he recorrido unas cuantas se me va pasando un poco, me fijo más en los parches que tienen en la carretera, en la cantidad de persianas pintadas, en todos los bares que puedes comer de todo, ahora te digo una cosa, diría que el señor que empujaba un carrito de super, ese ya no estaba, para mi que han cambiado, porque tampoco he visto aquel turista cargado y  luego siguió mi tour virtual por un Boulevard llamado Strip, que se veía más majo y acabé en las colinas (hills) que no son nada extraordinarias salvo porque a lo lejos se ven las letras, todo en veinte minutos. 
Luego un poco de bici, también por la costa californiana,  Big Sur creo que era, otros veinte que tampoco era plan de excederse el primer día del reencuentro con la actividad física de alto nivel. Así que cuando ya estaba bastante acalorada bajé para cambiarme e ir a la piscina que estaba como a mi realmente me gusta: vacía.
El espejismo de soledad, duró pocos minutos pero eso no le quitó brillo al momento. Entró un nadador de esos profesionales, con su cuerpo y su bañador, de los que te dicen con su lenguaje no verbal:  vale ahora trabajo de comercial pero entrenar sigo entrenando. Apabulla un poco, cuando te pasa porque yo iba más bien de nadar para relajarme, tanto así que un par de veces se me hizo corta la piscina y me dí con la pared, así que tuve que empezar a poner un poco más de atención y planificar un entreno: venga ahora empiezas con braza y luego luego vas combinando crol, que te gusta menos con una de espalda, que me gusta más.
Nadé  cuatro de cada estilo, más unas cuantas más de regalo.
Y la verdad es que me sienta bien.

martes, 17 de febrero de 2015

Risas y nuevos fichajes

Hoy fue una de esas tardes, plácidas, en las que no había otra cosa que hacer así que fui con ellas a la biblioteca.
Propuse a  la mayor ir a la sección de adultos viendo la cantidad de niños que hacían deberes y no le pareció mal. Arriba las mesas estaban igual de llenas, pero eran ya adolescentes emanando ese particular aroma que los caracteriza y como si no fuera yo la única en advertirlo encontré una ventana abierta junto, oh que maravilla, a una mesa vacía. Así que allí la dejé haciendo diligente sus deberes de mates, que ahora dice que se le dan muy bien, que es de las mejores de su clase y que a lo mejor estudia algo de ciencias (ella dijo"física", pero el sentido era ese; porque no sé, prosiguió, me parece más importante ser científica, como para justificar la desviación en su trayectoria exitosa en lenguas. Y yo que me la miro con cara de póquer sin saber que decir, porque de pronto me viene a la memoria una noche, una sola noche en que se me ocurrió ir al liceo, un día entre semana, y al volver me la encuentro bloqueada tratando de hacer una división de dos cifras, y solo han pasado tres meses desde entonces y ya se ve en carrera de ciencias, cierro este largo paréntesis, lleno de admiración y asombro).
El caso es que me fui a escoger algo que leer. Cuando voy con la peque, leo cuentos, recopilación de cuentos, hojeo manuales de padres o a veces escojo entre las sugerencias que proponen en una mesa, hoy ya había cogido uno de Vargas Llosa, que para ser un escritor tan prolijo no lo he leído tanto, pero fui a por otro. Eso de escoger sin prisas, me encanta, cuando voy con la pequeña como me apremia tengo que pillarlos al vuelo, pero aún así a veces encuentro cosas interesantes, como aquel sobre viajes de Antonio Tabucchi, que me ha gustado mucho. Hoy sin embargo he cogido uno de Elvira Lindo, y la verdad es que lo he disfrutado muchísimo. Reprimiendo a ratos la risa. Tiene una prosa fresca y una forma de escribir muy amena, así que la he fichado para mi twitter y al marido también, claro, que yo en esto del twitter voy por parejas para que no se me enfade nadie.

Cumpleaños Feliz, hija.

 Ayer cumplió 17 nuestra hija pequeña, sí, la de los ricitos, la que era menudita pero muy espabilada,  la que acompañaba a su hermana mayor...