Tengo un collar que me hace parecer una reina y convierte a todos en súbditos, amables y serviles. Es suficiente llevarlo para que ocurran cosas como éstas:
_ Hola, vengo para la orto panto.
_ Claro ¿Tenía hora?
_ No, no sabía que había que pedirla...
_ Pues sí, es necesario, porque solo la hacemos los lunes y los jueves...de pronto, advierte el collar y añade conciliador, bueno pide hora en el mostrador, y te vienes que tengo un hueco libre y te la hago.
Y yo, claro, me fui de allí agradeciéndole la amabilidad, con un poco de sentido de culpa, porque en el fondo sé, que es cosa de este collar, tan sencillo, tanto, que venía con un jersey de complemento pero que nada más ver, intuí tenía grandes posibilidades, vaya si las tiene.