sábado, 5 de enero de 2013

Buen Año para...bailar entre otras cosas

El tiempo no corre, vuela. Prueba de ello es que hoy he tomado conciencia de que ya solo faltan tres días y ya tenemos la vuelta al cole.
 Las navidades se resumen rapidamente, pasadas, me gustó el reencuentro de nochebuena, pero esta costumbre de celebrar en un hotel, a mi particularmente no me acaba de convencer, uno vuelve vestido como si viniera de una boda, sin haber cantado un solo villancico y con la bolsa con algunos obsequios que a los pequeños dejó papá Noel.

 El día de Navidad fue fantástico, porque conseguí convencer a mi madre que celebrar la nochebuena acostarse a las cuatro y tener que levantarse al día siguiente para ir a comer era un poco redundante. La celebramos los cuatro en casa y por la tarde bajamos a tomar turrones en su casa. En Sant Esteve, de nuevo comida familiar pero del otro lado, los sobrinos jugando a juegos de matar durante horas consecutivas nos ayudó a borrar de la lista de reyes una consola.
El siguiente, mi cumple, cuantas flores que bien. No puedo quejarme me regalaron muchas cosas prácticas, unos botines, un pañuelo verde, un faristol (en octubre empecé clases de guitarra y en esas estoy). Y luego días de estar en casa, haciendo cosas, estoy muy casera. Pero casera, en el sentido no hacendoso, sino de encontrarme a gusto en casa, haciendo mil cosas. Supongo que es todo lo contrario a viajera, cuando tengo notícias de amigos que han estado en Bucarest, o en Nueva York, digo ostras que bien, pero a mi no me apetece nada. A ver si me va a pasar lo de Kant.

Tuve una buena idea, como para la cena de nochevieja me molestaba la alfombra del salón, la subí a nuestro cuarto y allí junto a la ventana es como un lugar de juegos. Montan casitas con pañuelos sillas y bebés, se lo pasan bien, la única condición que les he puesto es que después de jugar lo recojan todo y lo sorprendente es que lo están haciendo.

Nochevieja en casa, con mi hermano, y sin mi hermana porque este año decidieron pasarlo allí, no fue triste pero si es verdad que la echamos de menos. Precisamente por eso le dije a la mayor anda pon el nombre en una tarjeta de cada comensal y detrás deséale tres cosas para el 2013 lo que quieras pero no me los expliques. Todos parecieron estar contentos con sus buenos augurios, algunos arrancaron carcajadas, como al padre "Aprender inglés/ Un velero/ Tener tiempo" a mi el último de ellos era...bailar. No está mal, como me pareció original me lo he añadido a la lista propia de cosas importantes para hacer este año. Dedicar tiempo para las personas que quiero, es uno, acaso el más importante de ellos.

Os deseo a todos los que os paseáis por aquí, un 2013 lleno de buenos propósitos, de pequeñas y grandes satisfacciones, lleno de amor y buenos amigos.

Cumpleaños Feliz, hija.

 Ayer cumplió 17 nuestra hija pequeña, sí, la de los ricitos, la que era menudita pero muy espabilada,  la que acompañaba a su hermana mayor...