La secuencia es ésta. Suelo ir a clases un par de veces, cuando por horario puedo. Y algunos sábados. Entre semana nunca he hecho una clase con más de cuatro personas, los sábados en cambio si podemos llegar a ser hasta quince.
El lunes pasado sólo fui yo, no hizo la clase pero me propuso ponerme la música mientras hacía mi entreno (gesto amable por su parte) le pregunté ¿la has cambiado ya? (por darle conversación) y me contesta si, claro, ¿no viniste a la clase del viernes?, no ¿y a la del sábado?, no. Ah! (pone cara de sorprendido)
Y digo yo, como puedes preguntar si ha venido, a una alumna que viene con tanta regularidad, vamos si es que soy la ALUMNA con mayúsculas si, si es que a menudo soy la única que viene a clase.
Realmente o no se fija mucho, vamos nada, y en cuanto nos ve en el agua somos tan diferentes como una manada de pingüinos, o va muy estresado que puede ser, o no quiso darle importancia y quedó pillado en falta por lo tremendamente obvio: que tiene que saber si vengo o no a clase, vamos, creo yo. (Me tiene frita)
El lunes pasado sólo fui yo, no hizo la clase pero me propuso ponerme la música mientras hacía mi entreno (gesto amable por su parte) le pregunté ¿la has cambiado ya? (por darle conversación) y me contesta si, claro, ¿no viniste a la clase del viernes?, no ¿y a la del sábado?, no. Ah! (pone cara de sorprendido)
Y digo yo, como puedes preguntar si ha venido, a una alumna que viene con tanta regularidad, vamos si es que soy la ALUMNA con mayúsculas si, si es que a menudo soy la única que viene a clase.
Realmente o no se fija mucho, vamos nada, y en cuanto nos ve en el agua somos tan diferentes como una manada de pingüinos, o va muy estresado que puede ser, o no quiso darle importancia y quedó pillado en falta por lo tremendamente obvio: que tiene que saber si vengo o no a clase, vamos, creo yo. (Me tiene frita)