jueves, 4 de septiembre de 2014

Septiembre y Lucy

Siempre me pasa igual. Cuando tardo en escribir una entrada no me parece nada interesante. Al blog creo que lo que le va realmente bien, es escribir a golpe de impulsos.

Podría hablar de la última película que vi en el cine, la famosa Lucy. Me gustó porque es como si vieras dos películas en una, hay una que está a medio camino del documental con un profesor universitario de solvencia, y otra de acción, persecuciones y tiroteos. Y supongo que si ha ido tanta gente a verla es por esa ambivalencia. Si te gusta mucho el tema de la evolución humana, el desarrollo de capacidades cognitivas y temas de filosofía y física cuántica te gustará más esa parte de la película pero si eres más joven a lo mejor encuentras más atractiva la otra parte. Mi marido, con su fino sentido del humor dijo, es como aquella película "El sentido de la vida" ...pero con un sentido. En cualquier caso a nosotros nos gustó. 
Y si tuviera que quedarme con alguna de sus frases trascendentales, me gustaron mucho la de: No me gustaría morir...nunca morimos del todo. O aquella de sean ustedes la revolución. 
Todos evolucionamos, algunos de manera formidable otros más pausados, pero me gustaría pensar que todos aspiramos a ser mejores, mejores personas.

martes, 29 de julio de 2014

Tenerife

 La foto salió así, porque por algún motivo el objetivo no acabó de abrirse.En la era de las fotos retocadas, del photoshop, esta foto reivindica la realidad, tantas veces maravillosa e imperfecta.


También os he traído esta otra foto.Está hecha en una plaza muy céntrica y concurrida del Puerto de la Cruz, y aunque cueste de creer por lo gráciles y estilizados que aparecen, los dedos son míos, de nuevo otro error porque a mi lo que me interesaba era traer esas palmeras que parecían irreales, como fuegos artificiales en la tarde de domingo. Pero me trae recuerdos agradables, los helados y mi primer zumo de naranja y papaya.

Le dije que iría a verla y como se hacen las cosas si quieres de verdad hacerlas: improvisando. Sacamos billetes para las tres y fuimos a Tenerife.Y la verdad es que desde el punto de vista familiar, personal: estoy contenta de haberlo hecho.
La primera noche, con su cama nido desplegada, al vernos todas allí, exclamó riendo: la casa va a explotar! y la verdad es que lo llenábamos todo. Pero la última tarde ya tenía los ojos llenos de lágrimas porque nos íbamos. Y yo para consolarla le decía bueno no te preocupes, que nos vemos en diciembre, dile a tu madre que te enseñe el villancico para cantarlo, ¿vale? si ese, el vint-i-cinc de desembre, fum, fum, fum. Y ella que es tan musical ya deja de llorar para prestar atención.

Hacía doce años que no iba y la verdad es que he notado grandes mejoras, en infraestructuras sobretodo: las autovías son magníficas, el tranvía que une La Laguna con Santa Cruz una maravilla y el autobús que cogimos desde la estación central de autobuses, ostras parecía más que un bus un taxi grande, con asientos más cómodos que los del propio avión.
Hablando de avión, como ha cambiado el cuento. Antes parecía que viajar en avión era elegante y sofisticado, ahora en cambio me pareció que me subía a un autocar atiborrado, con esas maletas en los portaequipajes, los de delante un matrimonio y su hijo, detalle, el hijo llevaba un polo con un logotipo de Ferrari, nada más indicarnos que podíamos abrir el cinturón llenaron sus mesitas de bolsas del mc donalds y dejaron un olor nauseabundo de patatas y hamburguesas. Cuando acabaron y pensé que mi paciencia sería correspondida con la ausencia de más olores desagradables, los de su izquierda, dos amigas y la niña de una de ellas sacaron un pintauñas y le pintaron las uñas a la niña. Bueno es para entretenerla pensé, pero ahora ya le han puesto delante de una pantalla. Cuando acabaron ellas, le tocó el turno a la de atrás de éstas, pero esta aún incomodó más pues además de limárselas, llevaba acetona y el olor se añadió luego al del esmalte. Como hace más de cinco años que no cogía un vuelo pensé, sé prudente. Pero vamos tanto control con no llevar una botellita de agua y luego se suben disolventes y esmaltes y comida, y aquí no pasa nada. La verdad es que me pareció surrealista viajar en esas condiciones.
Vale que era un billete de clase turista, pero no era una línea de bajo coste. No quiero ni imaginarme como van aquellos.
El caso es que a la vuelta por un retraso me acerqué a comprar una revista, y opté por el Hola porque una chica lo abrió cerca y vi una casa en Mikonos que me pareció bonita. Menos mal que opté por la revista y no por el periódico así viajamos sin saber que otro avión esa misma mañana se había estrellado en Mali.
El caso es que encontré que la revista necesita nuevos redactores y he pensado en ofrecerme.
En primer lugar, el artículo de la casa que resultó ser de una señora que había introducido las grandes marcas de alta costura en la isla es como poco sorprendente.
Hay unos pies de página que dicen cosas del tipo, el impresionante tresillo de color azul, (cuando en la foto se ve intensamente lila) junto a estas lineas, y todo es absurdamente grandilocuente, como lo del magnífico Mar Egeo.
La historia de la señora podría ser interesante, puesto que triunfa, hasta que un diagnóstico erróneo de un cáncer terminal la empuja a vender su imperio. Pero la entrevistadora le pregunta cosas del tipo y ¿Cómo que le gusta vivir aquí? 
En fin, que no sé de dónde sacan ese manual de estilo pero esas frases tan largas, con tantas oraciones subordinadas que al final dudas en si tocaba el masculino o el femenino, no me parece elegante. Es más bien esperpéntico, les aconsejo más frescura y naturalidad. 
Cuanto al resto de la revista no puedo comentar mucho más, porque salen fotos de personas a las que no tengo el gusto de conocer y que tampoco daban noticias de interés. 
Al final recordé aquel bonito proverbio, el que tiene un libro consigo guarda un jardín con él o algo así. Deber ser por eso que yo siempre llevo uno en el bolso.
Pero bueno lo bueno que tienen las vacaciones, es que son para recordarlas.
Y el salir te hace tomar perspectiva de tu propia vida de tus puntos fuertes y débiles. Te hace valorar a veces algunas cosas, y echar de menos a personas, y aunque solo sea por eso, merece la pena el avión, con sus olores, y las revistas del aeropuerto.
Espero que tengáis felices días de vacaciones. Y a los del Hola, llamadme cuando queráis que estudiaré vuestra propuesta.

domingo, 29 de junio de 2014

Vivir es fácil con los ojos cerrados: un éxito merecido.

No tengo cerrado el capítulo dedicado a comentar películas. Vemos muchas cada semana, pero no siempre merece hacer una reseña. La de hoy de Trueba, si la merece. Me ha gustado mucho. Te engancha desde el principio, te va llevando de viaje, por la España del franquismo.
Hace un buen retrato de lo que era la familia y sociedad española entonces, las familias numerosas, el autoritarismo con el que se educaba, dentro y fuera de casa.
Mi hija la ha visto conmigo y le iba explicando a ratos escenas, para ella un tanto chocantes, le decía que la acción de esa película estaba ambientada cuando la yaya era joven. Visto así en retrospectiva que gran cambio hemos hecho y me sugiere esto:
La democracia es buena, la educación es un pilar fundamental para el desarrollo de la sociedad, y educar con paciencia es un arte.
Y  la guinda ha sido saber que está basada en una persona real, que loable su empeño, pues también yo pienso que hay personas singulares que hacen historia, y no poca, aunque no trascienda.

De películas así, sería un placer hablar todos los días. Felicidades Trueba, una gran película.

jueves, 5 de junio de 2014

Mediterráneo


Esta foto me encanta. La hice desde el velero que alquilamos para navegar este domingo.
El tiempo transcurre de otra manera cuando estás en el mar. El cielo estaba precioso y como había llovido la tarde anterior se veía con mucha claridad todo el perfil del litoral. Y cuando veo la montaña de Montjuïch desde el mar me imagino como debía ser cuando era una isla y la costa estaba kilómetros más allá.
El mar es increíble. 

lunes, 7 de abril de 2014

Amor y Gracias

2018.

Querido Año, 2018:

Espero de ti grandes cosas. Me gustaría empezar otra novela, porque la anterior aunque está acabada no hago más que encontrarle fallos, así que a lo mejor si empiezo otra puedo verter en ella, todo lo que me faltó en la anterior. No sé el tema, ya se irá viendo, lo que importa es que salga de dentro. Decía hace poco un autor que no hacía auto ficción, porque ya le llegaba para pagarse un psicoanálisis. Otro sin embargo, un guaperas que por cierto se da mucha retirada a mi cuñado canario, se está ganando la vida precisamente por escribir sus memorias, lo que me hace sospechar que a más de una le interesa saber más de un tipo guapo y fornido que de un enclenque, qué le vamos a hacer.
Este año voy a seguir con los buenos propósitos del año anterior, que dos veces hice el reto de las seis semanas para ponerse en forma y que concreté uno ganando la magnífica camiseta sin mangas que lo acreditaba. La verdad es que me costó bastante, por eso cuando lo conseguí estuve como dos semanas sin pisarlo. No baje de peso significativamente, pero alguna reorganización a nivel muscular si debe haber habido, porque esta navidad me probé un traje de pata de gallo, que conservo de hace una década, y entraba en él.
De todos modos sienta muy bien el acudir con cierta asiduidad al gimnasio, porque de alguna manera te hace ser más consciente de que también somos un cuerpo, y también hay que cuidarlo. 
Cuanto al tiempo, espero saber como administrarlo. Esta mañana mientras tomaba café vi un episodio de Friends,  me gustó volver a verlo, porque esos apartamentos atiborrados de cosas, de estantes de comidas están mas cerca de la realidad que las casas de cocinas industriales impolutas. Me ha gustado ver los estilismos, los colores, los detalles como el marco en la mirilla, y la pizarra de plástico para escribir tras la otra. Los noventa eran así, prácticos, divertidos, llenos de amigos con los que compartir.
Creo que esa serie para un adolescente de hoy será como ver una serie de alienígenas que se comunicaban solo oralmente, nunca llaman, nunca escriben wsp, ni están enganchados a ninguna red social, no se hacen selfies cada dos por tres. A mi la tecnología no me asusta, creo es bueno avanzar, pero no por ello no puedo evitar sentir nostalgia por aquel tipo de relaciones, aquel tipo de salidas, en los que todos estábamos por todos, y ningún otro. Hoy la gente en los bares siempre están mirando los teléfonos, o caminan en la calle con uno en la mano. Y hay algo insano en ello.
Tener toda la información a nuestro alcance, hay que preguntarlo, ¿nos está haciendo mejores personas, más capacitadas, más motivadas?  
El otro día una amiga me decía que era la única amiga que se le había quejado por enviar un mensaje de felicitación especial a las amigas. Pues sí, me quejo. Prefiero una frase, un par de palabras escritas para mí, que algo que reenvías que ni siquiera tú sabes quien ha escrito. Que le pasa a todo el mundo, que ya no saben escribir por si mismos, que en ese afán de felicitar a todos tienen que reenviar las mismas imágenes, los mismos gifs, los mismos deseos estereotipados para todo el mundo. No, yo no quiero eso, yo quiero pensar en ti cuando escribo, y que tú hagas igual conmigo.
Por eso, esta mañana he aprovechado para actualizar una agenda, direcciones y teléfonos fijos, sí esos teléfonos que van pegados a un cable. Y eso ha sido a mi modo de ver una bonita forma de empezar el año, pensando en los amigos que tenemos, los que tuvimos y los que conservamos.
Quizá porque uno de esos nuevos ( y originales) propósitos es volver a escribir cartas. Sí, como antes. Recuperar la ilusión de encontrar una en el buzón.
Y de momento estos, que ya irán viniéndome más. Quiero un año creativo, intenso, viajero y alucinante. Por pedir, verdad, no vamos a quedarnos cortos. Pero sobretodo quiero un mundo mejor, un mundo de gente que lee, que quiere mejorar, que aprende cosas buenas, que respeta a sus congéneres. Y os deseo que tengáis un Año magnífico para todos vosotros. 





jueves, 13 de marzo de 2014

Mi alter ego

Mi alter ego se me parece un poco. Tiene el pelo rizado, los ojos grandes algo redondos, similar altura y corpulencia. Me gusta como habla, tiene cierto tono pausado que hace agradable el escucharla. Mi alter ego, también hizo su propio Erasmus, pero en otro país, y estudió Filología Hispánica.También tiene dos hijos, mi alter ego. Toma vino tinto, como yo algunas veces. Le gusta leer, y como no, mi alter ego, también sueña con escribir un día su propia novela. Cualquier día le propongo empecemos, cada una con la propia, porque está visto que con los alter egos, si uno no arranca el otro no empieza.
De todos modos he de confesar que me cae genial mi alter ego sobretodo cuando en un aparte, me dijo, qué nenas tienes, con ese punto de admiración contenida.

lunes, 10 de marzo de 2014

Germinadora

Así me llama mi pareja cuando me da por germinar semillas. La verdad es que empecé por curiosidad, leyendo un libro de recetas comentaba a propósito de los germinados. Busqué en internet, hablaba de paciencia, pero lo cierto es que no hace falta demasiada, humedad y oscuridad y enseguida rompen las semillas y echan brotes.
De hecho gracias a esas lecturas descubrí porque esa costumbre de poner en remojo las legumbres antes de cocinarlas, por lo visto eso permite romper una película que las envuelve que es difícil de digerir.
Y debo reconocer que se me da bien.Germiné de un hueso de níspero, uno de melocotón y otro de limón. De momento todo lo que he ido plantando en tierra ha ido prosperando. El árbolito que he puesto arriba, era solo una ramita hace un mes y ya tiene sus primeras hojas (todavía no sé si es limonero o melocotonero, pero la verdad es que me da lo mismo estaré contenta igual). La pequeña salvia moribunda, que creo ya expliqué en alguna ocasión planté por no tirarla, es ahora toda una señora mata que está floreciendo y no deja de extenderse.
El romero, que compré en una maceta pequeña y fui trasplantando sucesivamente a tiestos más grandes, parece que también está satisfecho en su rincón de jardín a pleno sol, y a su lado le he puesto un pequeño tallo de perejil. No hay que menospreciar el perejil, tiene mucha vitamina C, aunque no es conveniente si estás concibiendo porque puede ser abortivo.
 Esto de las plantas es espectacular.

Primavera, en teoría

     A mí, me intriga esa clase de personas que no tiene plantas en casa, tienen un pase los que tienen gatos que ya se sabe que ellos llega...