viernes, 5 de noviembre de 2021

Noviembre



 Hola 

He vuelto y voy a escribir mucho hasta final de año, al menos una vez en semana. He estado escribiendo aunque en libretas, no una novela pero sí cuentos, de esos que me gustan. Ahora vengo de la copistería he llevado unas cuantas fotos a imprimir, algunas que me apetecía tener cerca y otras para ver como pueden quedar de portada de libro. Sí, de aquella novela que escribí y ahora quiero publicar. Tengo que acabar de decidir dónde, pero en ello estoy. Mi amiga Laura me aconsejó alargase más un capítulo en concreto y estoy en ello, a ratos, tengo que volver a conectar con aquellos personajes, meterme en situación, y eso me divierte y me abstrae de este mundo a partes iguales. Pero creo que ahora es buen momento de retomar la escritura, quizá ese comentario de la señora del acquagym que me hizo bien, al comentar que iba a hacer este año los 50, exclamó: qué edad tan preciosa. Mis compis ya os lo he dicho alguna vez, son algo más mayores, yo digo que inmortales, porque ni la pandemia ha hecho mella en ellas. Son personas muy activas y muy enérgicas. Mi amiga Teresa se complace cuando le explico mis anécdotas dice que yo estoy en contacto con la parte amable de la vejez, ella en cambio supervisa residencias.

El caso es que me regaló su comentario, ella con su voz grave como de hada buena, me lo llevé a casa y lo guardé con papel de celofán como si de un regalo se tratara. Una edad preciosa, uau! la que voy a hacer. Y yo que soy muy fan de la neuroprogramación cognitiva, pues ahí estoy.

Y eso, que me desvío, la falta de costumbre, pues que entre los regalos especiales que me voy a hacer está ese, el verla publicada.

Por lo demás seguimos en la vorágine de los días y  eso es bueno. Espero que también vosotros estéis bien y tengáis muchos proyectos y deseos por cumplir porque eso, creo yo, es la substancia de la vida. 

Un abrazo,

Sonia

jueves, 14 de enero de 2021

Carta

 Querido tú:    

    Hace tanto que no recibo noticias tuyas que he pensado en escribirte, sí, sin venir a cuento. Me imagino que andas liado en ese trabajo que te absorbe más de lo deseable y apenas tienes tiempo para hacer deporte o simplemente leer algo. Supongo que tendrás ganas de desconectar, de volver a viajar, tantas restricciones acaban exasperando, pero cada vez falta menos para disfrutar de los paisajes que nos aguardan.

Por aquí bien, casi todos los días tengo muchos motivos por los que estar agradecida y sonreír; son cada vez menos los días en los que cuesta arrancar mi propia rutina, pero incluso en ellos procuro llenarlos, siguiendo el proverbio chino: "Vive cada día como si fuera el último...un día acertarás". 

Vivir una pandemia hace que pienses un poco más en la muerte, de hecho era algo que antes no me preocupaba, pero que cada día el telenoticias de cuenta del número de fallecidos y de contagiados por comunidades autónomas, a nivel estatal y mundial es como una bofetada. ¿Ha tenido que inventarse este virus para que nos diéramos cuenta de lo afortunados que éramos? A veces no te parece que éramos Cándido de Rousseau y al despertar era Hobbes el que continuo el relato...

Quizá parte de la culpa la tenga Netflix, demasiadas distopías. Debe ser que es más fácil pensar en desastres, del mismo modo que es más fácil hacer llorar que reír. Empiezo las series pensando, ésta promete, mira que argumento el despertar de la conciencia de los robots, seguro va a ser interesantísimo y no pasa ni media hora y resulta que los robots acaban sirviendo para satisfacer los gustos de depravados mentales ¿De verdad somos así?

Me parece que deberían pasar algún test de salud mental algunos guionistas, más que nada porque de este modo su locura tiene demasiada resonancia. En la misma serie me responden " la gente quiere experimentar lo que no tiene a su alcance en la vida real" y eso me parece más bien pura demagogia. ¿Por qué alguien va a querer hacer cosas violentas que van contra natura?

Si nos retratamos tan pobremente, no me extraña que tengamos miedo a la inteligencia artificial es que menudo modelo les estamos dando.

Me pregunto si llegaremos a convivir con ellos, los robots, si podremos darles personalidad, sentido del humor configurarlos con experiencias propias y recuerdos ¿Te imaginas eso?

Quién sabe, igual entonces un día al abrir el buzón tendría una carta esperando con una caligrafía reconocible, sin necesidad de mirar el remitente.

En fín, no te entretengo más.

Cuídate mucho.

Un beso.

Yo.

viernes, 1 de enero de 2021

Día 1

 Los buenos propósitos de este año, los hemos apuntado en un papel y lo he dejado en la puerta de la nevera con unos cuantos imánes porque era una lista larga. Hoy no hemos cumplido casi ninguno, salvo el que no ha apuntado él y que nos hizo mucha gracia: va a comer como un vegetariano durante un mes, bueno hasta dónde llegues tampoco hay que forzar, le dije yo. El menú de hoy era canelones de espinacas gratinados y algo de aperitivo antes, y la cena ha sido la crema de calabacín que sobró de ayer con picatostes, en plan bol y luego una tostada de pan con tomate, aceite y sal y un poco de brie. De momento se le ve contento y animado.

El resto de propósitos, como decía, no los hemos empezado porque el día se levantó triste, muy blanco, llovió algo y mira que es raro. Pero bueno el día ha sido casero, con la chimenea encendida todo el día y cuando salimos a buscar un tronco el frío nos recuerda a Baqueira, así que nos decimos como en Baqueira eh? pero en casita. Además este año se nos estropeó la tele, bueno la raya ya la tenía hacía tiempo, el caso es que aprovechamos y compramos on line al Corte Inglés, una tele nueva. Y el caso es que cuando vino, obviamente, era enorme (al menos para lo que estábamos acostumbrados) y si queríamos ponerla a tres metros de distancia que es lo suyo tuve que mover el sofá y dejar la tele en la pared de enfrente. Total que perdimos un salón, pero ahora en cambio al entrar parece una pequeña sala de cine en casa, y este año me ha quedado tan bonito y sobrio el árbol, y queda tan acogedor por la noche con sus luces azules que me veo con ánimo de dejarlo hasta febrero.

Bueno en realidad he hecho algo más, he hecho tapiz junto a la ventana para aprovechar la luz natural. Es un paisaje sumamente inspirador, es muy grande pero lo he empezado con estrategia haciendo lo complicado primero, de ahí la luz natural para ver cuando cambia el color y ya me dejaré lo fácil para alguna película que me interese poco. 

En fin que no ha sido un día emocionante, ha sido un día tranquilo y ya es suficiente tal y como está el mundo. Creo que todos tenemos muchas esperanzas en este 2021, y de corazón os deseo que a todos vaya bien.









martes, 17 de noviembre de 2020

Mensaje en sueño

Seguramente es por la serie que hemos empezado a ver, AO, pero esta noche tuve un sueño de esos que te levantas y dices ¡uau! No lo recuerdo mucho, pero básicamente volaba entre dimensiones, estaba oscuro y había estrellas (como en la serie, no he inventado nada) pero en un momento dado, aunque hay ingravidez estoy de pie, levanto la cabeza para arriba y para abajo (porque en ese sueño era posible que ella estuviera en algún nivel) para que me oiga bien y digo: Te quiero.  Y mis palabras se oyen fuertes y se expanden,  siento la seguridad que ella me ha escuchado, aunque no la haya visto. Me desperté feliz de haberle podido enviar el mensaje.


domingo, 1 de noviembre de 2020

Un recuerdo a los que se fueron

 Tienes hoy flores, como todos los días, porque sé que te gustaban mucho, qué hablabas con ellas, tus plantas y que les animabas a que crecieran o se repusieran si estaban algo alicaídas. Te recuerdo enseñándome tu galería llena de plantas, era un pequeño oasis verde, con su palmera,  sus orquídeas y sus plantas colgantes, estabas tan contenta con ella y celebrabas cuando una planta encontraba su sitio, les abrías los ventanales para que recibieran el sol de la mañana, luego ya cerrabas las cortinas blancas, las que siempre querías bien ver colgadas y me hacías subir en lo alto de la escalera si se escapaba algún ganchito. La galería siempre olía a tu suavizante, a ropa limpia doblada, esperando la plancha. Te recuerdo siempre bien peinada, tu obsesión de niña de tener el pelo rizado como tu hermana se transformó luego en llevar siempre el peinado de peluquería, pero liso ahora, te recuerdo el pelo rizado tras la playa, no te quedaba mal pero a ti  simplemente no te gustaba.  Me acuerdo muchas veces de tu voz, de tus besos, de tu forma de andar, me encantaba verte venir hacía el coche, tus pasos cortos, pero ligeros, tú, siempre muy erguida. Te fuiste como eras, no te dio tiempo a envejecer aunque este año ya hubieras soplado los 82.

Pero te fuiste, aunque tú no lo querías, tú decías que ibas a llegar a los 100. Y todos viéndote, nos parecía normal que así fuese. Y luego a mediados de diciembre tuviste un sueño, vinieron a verte dos ángeles, uno de ellos un poco pasota, así lo calificaste decían que venían a buscarte, pero tú les dijiste no, no, es que yo quiero vivir hasta los 100... y que te respondieron, te pregunté, y dijiste nada solo movieron las caras como no sabiendo. Un mes después seguramente los mismos, volvieron a buscarte, estabas tranquila, dormías. Pasamos juntas esos días de tormenta, te fuiste al final de ella y luego te despedimos un día tranquilo y soleado.

Hoy es el día de recordar a los que nos precedieron, a los que dejaron una huella bonita, a los que nos tocaron el corazón con sus palabras, con sus gestos, o con su forma de querer para agradecerles todo lo que hicieron por nosotros.

Te echamos todos mucho de menos, pero eso ya lo sabes tú.


martes, 27 de octubre de 2020

Entre dos aguas

 Estos días, no sé si a vosotros os pasa igual a veces estoy medio bien, hasta optimista, otras me siento un poco desanimada, como si nada tuviera demasiado sentido. 

Un día estoy contenta, me basta con ver ese cielo azul, los árboles y ver como crece alguna plantita, escuchar como cantan o tocan algo, o reírme de alguna ocurrencia o simplemente dejarme fluir con el quehacer diario. Otros, nada de eso es suficiente, esos días en los que me siento triste y hoy es de ellos procuro hacer algo que me guste, como para compensar.

Los días pueden equilibrarse de muchas maneras. A mí me funciona ir a nadar, o hacer una clase de aquagym (con mis amigas inmortales) leer un capítulo o dos de un libro como el que ahora leo que me esta resultando simpático; comer donuts (que tienen aceite de palma, así que muy mal); bajar al garden (esto nunca falla, es la mejor terapia del mundo, acaso no es un garden como un jardín perfecto, siempre en estado de floración) o hacer una cena entre semana, como si se celebrara algo. Esto último es muy acertado en mi caso, porque ya, cada vez celebramos menos; ni San Valentín, ni San Jordi, ni cuando empezamos a salir, ni cuando  empezamos a vivir juntos  y tampoco claro, la fecha en la que nos casamos. Bueno intentos ha habido, pero al final como  siempre era cosa mía recordarlo, hacer algo especial, como que ha acabado por parecerme absurdo. Cada pareja funciona a su propio modo, la nuestra es bastante disfuncional en este sentido, lo reconozco. 

Supongo que es el cambio de hora, es el otoño que empieza a despertar el frío, es este año, triste como no recordamos otro. Hoy escuché que esto es una consecuencia de la naturaleza (ella no dijo Madre-naturaleza, pero era el sentido de su discurso) que nosotros éramos su cáncer (tal cual) desde luego animosa no resultaba. Pero reparé en mi café con leche, en vaso de bambú, que he comprado porque me da pena que hayan cerrado los bares en Cataluña sin darles otra alternativa que los pedidos para llevar, y pensé a lo mejor sí.

Nada más por hoy. A seguir con lo que venga, a luchar por lo que nos importa, con todo el ánimo y todas las ayudas que sean precisas, de ahí que haya venido, porque también escribir forma parte de mi particular artillería. 

Cuidaos mucho, sed felices.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Sueño bonito

 Soñé hace unos días que este blog había aparecido como una sugerencia en un diario importante. Lo gracioso es que yo no me había dado cuenta, había sido en agosto de 2017 (recuerdo ese dato con precisión) y en el sueño pensaba que tendría que buscarlo en la hemeroteca y lo realmente bonito fue saber que estaba en la categoría de aquellos que ayudan.

Y ahora que lo pienso seguramente era un mensaje que me enviaba yo misma desde el futuro, para que no  lo deje tan aparcado, quizá para recordarme lo obvio, que aunque no esté en mi mejor momento de ánimo siempre va bien escribir. Hazme sitio que voy.

Primavera, en teoría

     A mí, me intriga esa clase de personas que no tiene plantas en casa, tienen un pase los que tienen gatos que ya se sabe que ellos llega...