jueves, 14 de enero de 2021

Carta

 Querido tú:    

    Hace tanto que no recibo noticias tuyas que he pensado en escribirte, sí, sin venir a cuento. Me imagino que andas liado en ese trabajo que te absorbe más de lo deseable y apenas tienes tiempo para hacer deporte o simplemente leer algo. Supongo que tendrás ganas de desconectar, de volver a viajar, tantas restricciones acaban exasperando, pero cada vez falta menos para disfrutar de los paisajes que nos aguardan.

Por aquí bien, casi todos los días tengo muchos motivos por los que estar agradecida y sonreír; son cada vez menos los días en los que cuesta arrancar mi propia rutina, pero incluso en ellos procuro llenarlos, siguiendo el proverbio chino: "Vive cada día como si fuera el último...un día acertarás". 

Vivir una pandemia hace que pienses un poco más en la muerte, de hecho era algo que antes no me preocupaba, pero que cada día el telenoticias de cuenta del número de fallecidos y de contagiados por comunidades autónomas, a nivel estatal y mundial es como una bofetada. ¿Ha tenido que inventarse este virus para que nos diéramos cuenta de lo afortunados que éramos? A veces no te parece que éramos Cándido de Rousseau y al despertar era Hobbes el que continuo el relato...

Quizá parte de la culpa la tenga Netflix, demasiadas distopías. Debe ser que es más fácil pensar en desastres, del mismo modo que es más fácil hacer llorar que reír. Empiezo las series pensando, ésta promete, mira que argumento el despertar de la conciencia de los robots, seguro va a ser interesantísimo y no pasa ni media hora y resulta que los robots acaban sirviendo para satisfacer los gustos de depravados mentales ¿De verdad somos así?

Me parece que deberían pasar algún test de salud mental algunos guionistas, más que nada porque de este modo su locura tiene demasiada resonancia. En la misma serie me responden " la gente quiere experimentar lo que no tiene a su alcance en la vida real" y eso me parece más bien pura demagogia. ¿Por qué alguien va a querer hacer cosas violentas que van contra natura?

Si nos retratamos tan pobremente, no me extraña que tengamos miedo a la inteligencia artificial es que menudo modelo les estamos dando.

Me pregunto si llegaremos a convivir con ellos, los robots, si podremos darles personalidad, sentido del humor configurarlos con experiencias propias y recuerdos ¿Te imaginas eso?

Quién sabe, igual entonces un día al abrir el buzón tendría una carta esperando con una caligrafía reconocible, sin necesidad de mirar el remitente.

En fín, no te entretengo más.

Cuídate mucho.

Un beso.

Yo.

No hay comentarios:

Cumpleaños Feliz, hija.

 Ayer cumplió 17 nuestra hija pequeña, sí, la de los ricitos, la que era menudita pero muy espabilada,  la que acompañaba a su hermana mayor...