sábado, 8 de septiembre de 2007

La evolución en el tiempo y otros pormenores

Cuando era pequeña, leía tebeos mientras comíamos. Y escribía a ratos en la terraza, o en mi cuarto. Empecé en una agenda pequeña las anotaciones, los teléfonos de las amigas de clase. Pero el diario como tal primigenio, creo que fue uno de tapas perlas, con candado que me regalaron por la comunión. Quien haya escrito un diario entenderá bien lo que se siente al releerlo años después, la caligrafía redonda de la que ahora conservamos algunos rasgos. Con los años se escribe diferente, las emociones imprimen sobre el papel distintas grafías. Pero es un privilegio ese el de poder entrar en la mente de una niña de 9, 10, 15…de la mujer de 20, 27, 35. Leí hace poco algo como que nuestra mente a menudo hace reset, porque se ve obligada a darnos una versión coherente sobre nosotros mismos. Pero que es algo falaz. Y eso mismo ya lo había podido constatar con personas muy allegadas y que el paso del tiempo las han convertido en otras, sin asomo de la personalidad anterior, a tal punto que me he llegado a decir si la hubiera conocido ahora, no hubiera entablado amistad con ella. Así que entiendo como posible esa versatilidad en uno mismo.

Somos moldeables, al entorno a las personas que nos rodean. Estamos continuamente dando y recibiendo información, verbal y no verbal (actitudes, gestos, miradas) y de ese flujo siempre nos traemos y nos llevamos algo. Mirando unas fotos de mi pareja con su anterior novia, hallé una en la que su sonrisa me era extraña, un mohín que luego vi en otra foto de ella.
Así que admitámoslo no somos los que fuimos, cambiamos como cambian nuestras células es algo que se nos escapa. Así que si alguna vez fantaseó con volver con su anterior pareja, desengáñese. Él o ella ya no son iguales, y aunque en el mejor de los casos se mantuviera en forma, o conserve la sonrisa, llegarán a hablar y entonces se romperá la magia. Yo también tuve un novio, bueno más de uno porque después de leer tanta literatura acabé por no saber bien que debía buscar, lo del amor verdadero constituye una hermosa declaración de principios pero de instrucción detallada tiene poca. Así que me iba enamorando y a veces dejé, otras me dejaron. Y yo que había leído a Gustavo Adolfo Bécquer ya de niña, y de jovencita a Pedro Salinas, pues en fin que por fin puede experimentar lo que era el amor, el desamor y la nostalgia. Por cierto que justo hoy he leído en una página italiana que las mujeres escogemos a nuestra pareja a través del beso, y que sale publicado en una revista de psicología evolutiva, sin embargo estoy segura que ya había leído sobre este tema.

Pues como decía, retomando el hilo del asunto olvídese del reencuentro, será un fracaso seguro, porque tras compartir algunos recuerdos luego uno de ellos dirá algo, una palabra una expresión que le recordará que se fue, que ya no es el mismo. Una de mis pesadillas virtuales recurrentes es imaginarme a cierta persona cuyo nombre callo hablando como un galán de telenovela.

No hay comentarios:

Cumpleaños Feliz, hija.

 Ayer cumplió 17 nuestra hija pequeña, sí, la de los ricitos, la que era menudita pero muy espabilada,  la que acompañaba a su hermana mayor...