jueves, 15 de enero de 2009

Lejos muy lejos

Lo había planeado muchas veces en secreto. Cuando se angustiaba, cuando la situación le superaba cerraba los ojos y apretaba los puños y se veía metiendo un par de pantalones, unas camisas, las más nuevas, un jersey, un neceser blanco y siete mudas de ropa interior y una libreta dentro de la maleta verde de ruedas, el pasaporte junto a la cartera en el bolso. Iba al banco retiraba algo de dinero en efectivo. Y se veía llamando a un taxi para que la llevase al aeropuerto, porque no quería dejar el coche aparcado allí, ni que nadie luego tuviera que molestarse a recogerlo. Y entonces se acercaba al mostrador de una compañía aérea y sacaba un billete hacia un país lejano, eso si sin escalas. Quería subir en Barcelona y bajarse en algún sitio y ponerse las gafas de sol y empezar una nueva vida. Era la de "cojo la maleta y me voy"

A veces incorporaba variantes, a veces pensaba que antes de emprender el comienzo de su nueva vida debía vender sus pertenencias, y con todo ese dinero sería más fácil comenzar de nuevo. Esa era la segunda opción, escapada sin lastres, "la de quemar las naves", la del no retorno. Pero cuanto tiempo llevaría hacer todo eso, meses, quizá incluso años, demasiado tiempo.

La tercera opción era una variante de la primera, era salir corriendo pero dejar todos los pagos cubiertos por seis meses, meses ahorrando la hipoteca, y un fondo para que cubriera todos los eventuales pagos, los servicios de luz, teléfono y agua, en una cuenta que abriría a tal efecto para que su amiga se lo gestionara, podía confiar en ella. Esta variante era "me voy pero con los deberes hechos y si no me gusta vuelvo". Pero igual que la segunda tenía el inconveniente de que le llevaría mucho tiempo ahorrar todo ese dinero, y a costa de no pocas privaciones, total para qué, comprar su libertad de seis meses.

La primera la de salir con lo puesto era más arriesgada, el efectivo que tuviera en el banco y cuanto podía ser eso, poco quizá para vivir un mes o dos. Pero era la única que realmente le consolaba. La única respuesta que ella encontraba para una vida que de pronto había dejado de gustarle.
Mañana, mañana seguro hará un día espléndido de sol, el perfecto para irse de viaje.

2 comentarios:

Jordicine dijo...

Me quedo con la segunda opción. Irse, sin preocuparse, para no volver. Besitos.

Sonia dijo...

Yo no sabría decirte ;)
Jajaja (por la despedida)

Cumpleaños Feliz, hija.

 Ayer cumplió 17 nuestra hija pequeña, sí, la de los ricitos, la que era menudita pero muy espabilada,  la que acompañaba a su hermana mayor...