viernes, 13 de febrero de 2009

Reciclando a Cyrano

Ahora que el tiempo ya me ha dado excusas suficientes para poder ponerte en tu sitio, para poder olvidar todos aquellos sentimientos que creaste y alimentaste en mí, déjame decirte…
Que te amé, te amé desaforadamente, te amé aún cuando no tenía esperanzas, te amé en silencio y mientras te escribía, más allá del tiempo y las circunstancias, te amé tanto y tan intensamente, que todavía hoy, hay veces, que se me olvida que ya no te quiero.

No hay comentarios:

El peso de una mentira

               Cuando su hija tuvo que irse precipitadamente no se llevó nada, ni siquiera un cambio de ropa interior, pues antes de marchar...