A veces la tierra se subleva de nuestros anclajes, y se libera de forma salvaje y brutal. Cuando he leído la noticia pensé en aquella niña que vino de Haití que conocí en el parque este verano, tenía las encías en muy mal estado, su madre adoptiva me dijo que eso era por el hambre que habían llegado a pasar, por comer tierra. Me pareció desolador que ese nivel de pobreza pudiera existir todavía en este mundo pretendidamente civilizado y moderno, ya del S. XXI.
Hoy pienso en toda esa población que está sufriendo el desamparo y la pérdida de familiares.
Estamos lejos, pero todos creo que de alguna manera podemos ayudarles en algo. Hoy mi pensamiento está con ellos.
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2 comentarios:
Y el mío!
Passen el dies i la notícia s'esvaeix. I amb ella la solidaritat.
Com sempre.
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