sábado, 2 de agosto de 2008

Noche de viernes

Hoy después de estar todo el día en casa con la nena casi todo el rato en brazos al llegar del trabajo le dije vamos, salgamos. Atardecía tras las montañas y dimos un paseo, respire hondo, nos sentamos un rato en un banco. Volvimos a casa y le dije quedaos en el coche, preparé algo a las nenas, nos fuimos de nuevo. Esta vez una vuelta por un sitio de playa, vi los restaurantes, las terrazas de los apartamentos llenas, algunos con la familia al completo, en otra a contraluz descubrí a dos personas tomaban un helado desde sus butacas, no se podía aparcar y le dije no importa ya está volvamos a casa. Las niñas se durmieron en el trayecto y de pronto la noche se hizo privada e íntima, él dijo pues hagamos un kebab y nos lo llevamos, y de camino encontramos algo insólito una mesa en una terraza de una churrería que conocemos junto a la acera, donde pudimos aparcar. Y cenamos un delicioso bocadillo de lomo y pimientos, que a mi me recordó a aquellos de San Sebastián, y hablamos de su trabajo. Regresamos a casa, pactando lo que ibamos a hacer, yo quiero desconectar dijo ver algo de tele, pues yo entonces leo algo, pero al llegar los vecinos tenían fiesta en la terraza y le dije cambio de planes nos subimos a tomar un helado arriba, encendí unas velas y así con música de fondo nos quedamos mirando la noche estrellada y pensé que suerte de noche todo nos sale bien.

4 comentarios:

CarmenS dijo...

Es un gusto cuando ls cosas nos están saliendo bien, disfrutamos de nuestro entorno, de nuestra gente. Y también es una suerte saber apreciar lo que tenemos

Anónimo dijo...

La felicidad se parece mucho a eso. Pero a veces nos empeñamos en buscarla más lejos. Qué suerte, qué inmensa suerte, ser capaz de ver el rostro de la dicha en lo que nos rodea.

Jordicine dijo...

Ja ja ja. La fiesta con los vecinos mejor que la tele... fijo!!! Besos.

Unknown dijo...

Que importante es saber disfrutar de esos momentos...cuanto sentido cobra la vida ante ellos.

Un besazo

Cumpleaños Feliz, hija.

 Ayer cumplió 17 nuestra hija pequeña, sí, la de los ricitos, la que era menudita pero muy espabilada,  la que acompañaba a su hermana mayor...