Hace días que no escribo. Chocolate Lindt 52%, de madrugada.
Simplemente no tengo la necesidad de hacerlo. Los días de verano tienen su propia y peculiar rutina, y la verdad es que no acabo de ubicar en ellos un ratito para el blog.
La casa me reclama más de lo que quisiera. El sábado tenemos una reunión de primos y somos los anfitriones. Ilusión lo que se dice ilusión pues no, porque me agobia un poco el hecho de tener que preparar para tanta gente. La parte buena es que como vas cambiando cada vez le toca a uno, y por lo menos han pasado dos años desde la última comida.
Y si estoy morena no es tanto por la piscina, por mucho que mi amiga diga, sino porque estoy tomando de vez en cuando zumo de manzana, zanahoria y limón ( que bueno está con la licuadora lo preparo y casi me lo bebo del tirón). Lo cierto es que Julio está siendo un mes muy cálido tanto que estoy empezando a añorar un día de lluvia, suave.
Poco más, esta semana estrenaremos moto. A él le hacia mucha ilusión ese modelo en concreto y en fin estas cosas o se compran así o no se compran.
martes, 20 de julio de 2010
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4 comentarios:
A mi el verano tambíen me atonta el biorritmo. Funciono diferente aunque no haga nada extraordinario. Lo tuyo también me pasa a mi.
Qué chulo es estrenar una moto, la que se pretendía lo debe ser aún más.
Enhorabuena.
Es difícil encontrar tiempo para el blog. Me pasa lo mismo. Un beso.
Bueno Jon todo no es malo del verano, sus noches son fresquitas e inspiradoras.
Y la moto es muy chula, un poco versallesca para mi gusto por las llantas pero en fin, es muy cómoda.
Jordi, no me lo creo tú sin tiempo, si eres un mago ;)
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