Las plantas tienen sensibilidad,
las plantas sufren.
Una amiga esta mañana paseando
arrancó flores para decorar unos jarrones al colgar la foto en el grupo del wsp surgió el tema. Yo escribí escuetamente, que
remedio si el wsp nos obliga a condensar todo, “a mis hijas no les dejo arrancar plantas…” y
otra se lo tomó a risa. Y para que
quieres más.
No me parece bien arrancar
ramas, creo que a ellas les hace daño el hecho de estirarlas, hasta romperlas o trincharlas. Y es una intuición que he tenido siempre,
incluso antes de saber de la existencia de esa hormona, jasmonato que por lo
visto tienen y que les advierte de los posibles peligros, no hace falta ser biólogo.
.
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Es mi forma de ser. Respeto a las
plantas, me parecen maravillosas. Hoy mismo me quedé sorprendida de la forma
que dos rosas amarillas reflejaban la luz, estaban tan luminosas que parecían dos estrellas refulgiendo.
Las plantas son así, no hacen ruido, son silenciosas pero cuando se ponen a agradecer son generosas y desproporcionadas. Me regalaron un ramo por mi cumple, se marchitaron las flores las quité, pero dejé las ramas que lo acompañaban, el otro día me quedé sorprendida al ver que estaban brotando de las ramas cortadas, hojas nuevas. Hay una vitalidad en las plantas un no conformarse que a mi me admira y me conmueve.
Posiblemente lo he visto en casa, es un recuerdo para mi muy bonito el de ver a mi padre regando las macetas que teníamos en el balcón, realmente le gustaban, y que decir de mi madre si hablaba con los árboles de la calle, al del tronco más flaquito le decía ánimo tu también vas a crecer y te vas a hacer fuerte. Y a decir verdad funcionó de maravilla, porque aunque nos mudamos de aquel piso, de aquella calle, cuando volvemos a ver a mi tía nos alegra ver que todos están grandes y frondosos.
Las plantas son así, no hacen ruido, son silenciosas pero cuando se ponen a agradecer son generosas y desproporcionadas. Me regalaron un ramo por mi cumple, se marchitaron las flores las quité, pero dejé las ramas que lo acompañaban, el otro día me quedé sorprendida al ver que estaban brotando de las ramas cortadas, hojas nuevas. Hay una vitalidad en las plantas un no conformarse que a mi me admira y me conmueve.
Posiblemente lo he visto en casa, es un recuerdo para mi muy bonito el de ver a mi padre regando las macetas que teníamos en el balcón, realmente le gustaban, y que decir de mi madre si hablaba con los árboles de la calle, al del tronco más flaquito le decía ánimo tu también vas a crecer y te vas a hacer fuerte. Y a decir verdad funcionó de maravilla, porque aunque nos mudamos de aquel piso, de aquella calle, cuando volvemos a ver a mi tía nos alegra ver que todos están grandes y frondosos.
Pobres plantas. Esas flores
arrancadas, esas ramas florecidas que paradoja, son ahora el icono del grupo.
Cuantas cosas nos unen y que abismos insondables nos separan...a veces.
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