Estoy lectora más que escritora, esto va por temporadas. No sé el motivo preciso,
porque en mi bolso casi siempre llevo una libreta, un boli, además de un libro.
A veces solo tengo ganas de escribir, me divierto captando sensaciones, imaginar
situaciones, diálogos, pero otras solo quiero escuchar, sorprenderme, aprender.
Entre los libros que me han gustado mucho está el de Hábitos Atómicos.
Cabe apuntar que este tipo de libros es el que me suele descubrir mi hija mayor.
Hubo una temporada que cada libro que se leía me decía, "muy bueno mamá
este libro que estoy leyendo, tienes que leértelo, pero claro luego los devolvía a
la biblio y no lo hacía, pero éste se lo compró, y ya no hubo excusa. Y solo
puedo decir que fue una suerte porque lo he disfrutado y recomendado, mucho.
Esa forma de analizar como hacemos las cosas y la fórmula para mejorar, o crear,
ojo al dato, nuevos hábitos.
En cambio ahora estoy con uno de Rosa Montero, que trata sobre las mentes
creativas, tiene muchas anécdotas y curiosidades, como la del malogrado teórico
de las casualidades. Me encanta constatar por mi misma, hechos que ya antes
alguien no solo los tuvo en cuenta, sino que hasta elaboró una teoría y no le
pareció absurda al propio Einstein. Que cierto parece el dicho, a veces, de que
está todo inventado, casi todo...
¿Pero solo voy a recomendar lecturas hoy? No, hoy vengo a deciros que voy a
volver a la escritura, en breve, porque tengo ganas de sumergirme en una
comedia de enredos, que me haga sonreír al escribirla. La trama la he comentado
con unas amigas y les ha parecido muy interesante, "es la película que querría
ver", dijo entusiasmada una de ellas. Así que aquí estoy, calentando en el
banquillo, a punto de empezar.
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